9.2.05

9 de febrero de 2005

Una tarde radiante. Algo de fresco debido al viento del nordeste, pero con un sol tan intenso que por veces hasta daban ganas de quitarte la cazadora. La marea, altísima, y subiendo. Tanto subía que los limícolas luchaban, entre trinos y codazos, por ocupar los rincones secos que iban quedando.

Al llegar, y entre el puente del Pasaje y la barra de Santa Cristina, pude contar 5 Zampullines cuellinegros. Ha aparecido, por lo tanto, uno nuevo.

Ya en mitad del estuario, en la zona de marisma, el número de Agujas colinegras había ascendido hasta 6. ¿Estaré asistiendo al inicio del paso prenupcial? Archibebes claros, 4 Zarapitos trinadores y 1 Zarapito real, casi 30 Chorlitos grises... y Ostreros, Correlimos comunes y gordos, 27 garzas reales, 33 Garcetas comunes... Y las 4 espátulas. Todo esta algarabía de plumas echó a volar cuando dos chavales aparecieron blandiendo sus largas cañas y arrojando sus anzuelos al agua mientras caminaban por el paseo. Me acerqué a ellos y les pedí por favor que evitaran echar el sedal justo en esa zona. Al principio me miraron de arriba abajo con la habitual desconfianza. Luego, tras una breve charla, me prometieron que no lo volverían a hacer.

Nunca estoy seguro de lograr mi objetivo de concienciar a la gente cuando les echo mi rollo conservacionista, pero no por eso voy a dejar de hacerlo, y con la mejor de mis sonrisas.

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